La Piaggio Colombiana

Ahora que se avecina el rotundo y drastico cambio que di en mi viaje, mi cuerpo ya empieza a evidenciar mutaciones. Nunca crei que fuera a sentirme tan apegado a mi bicicleta, a tal punto de extrañarla todavia antes de despedirme de su andar...
Dicen que es evolucionar o dar el salto. Todavia sigo creyendo que no... Cambiar, provar otra forma, pero no necesariamente como prueba de que estoy en el camino correcto.
Si lo miramos desde el punto de vista positivo, el hecho de cambiar la bicicleta por una motoneta, me da la posibilidad de viajar mas comodo, sin esforzarme tanto, sabiendo que el peso no soy yo el que lo acarrea sino un motor con un empuje sin igual. La abundancia de piaggio vespa y su version colombiana auteco plus en Medellin contribuyo a que la bola de nieve creciera y un dia me viera con un moto roja en mis manos. Es que al haber tantas y a punto de quitarlas de circulacion los precios han bajado notablemente y se podria decir que es una ganga comprase una de estas motitos.

En definitiva, que me hace ruido ante la inminente decision y cambio de vida. Primero que nada, tiene motor y una mecanica de la cual no entiendo nada, absolutamente nada, bujias, encendido a patada y todo lo que viene de la mano de algo con motor. O sea si uno no puede encenderla la huevada no se mueve.
Ademas, es pesada, terriblemente pesada. Ayer en la inauguracion de una larga lista de desgracias que probablemente ocurran se nos pincho lejos de un montallanta, sin rueda de repuesto ni herramientas. Empujarla en plano 6 cuadras fue un suplicio.

Todo esto sin tener en cuenta que transitar por donde uno quiera ya no sera tan facil. Meter la moto a un hotel, dejarla en la puerta de un negocio asi como asi, deambular por el centro de cualquier ciudad escabullendose entre el gentio y el loquero. Si, me di cuenta de que tengo un hijo bobo. Hay que buscar donde guardarla, estar pendiente que no se la roben( aunque quien se la iria a robar), de llevarla al mecanico cada tanto, etc...

El plan alocado y delirante es ir hasta la costa de Colombia. Ya tenemos todo listo, en relacion a la moto, papeles, registro, seguro, cascos, chalecos. Ahora vamos a ver si ella y nosotros somos capaces. Que pasara en el camino, los altercados, los inconvenientes que haran de esta aventura algo diferente...
Me despido, con todas las dudas del caso y la mejor de las esperanzas...


Las fotos recientemente extractadas de los archivos personales de quien suscriben dan fe de acto cometido. La motico roja, rodando por medellin, ve ante sus ojos la mirada firme y emblematica de Gardel, en en barrio de Manrique.
Triste y melancolica queda Pirula a la espera de que otro o el mismo viajero vuelva a su encuentro. No es despedida, ni cambio de creencias. Pirula fue y sera algo maravilloso en mi caminar. Tengo moto y lo afirmo, la bici sigue siendo el transporte que nunca nadie dejara de usar...
Pirula, ojala pronto alguien te lleve a andar por otros horizontes y hablen de ti por ahi...