viernes, 1 de mayo de 2009

Avatares de un camino sin certezas



Largos meses de ausencia en estas paginas. Una larga temporada en el caribe, plagada de buenas historias para contar que todavia guardo en la gaveta de una de mis maletas, debido a un problema de reuma en los dedos que surgio repentinamente y que hasta el momento no me habia atrevido a confesar.
Mucho me costo poder revelar este secreto. Tengo artritis en los dedos y ya no puedo escribir. Sin embargo, hoy en un magnanimo esfuerzo sin precedentes he decidido sufrir dolores inconmensurables para traer a sus oidos estas nuevas historias.


Tengan paciencia, todavia estoy pensando que cosa interesante ha sucedido que valga la pena narrar.


1.
Estos dias, luego de ser despedido en un shopping, luego de que prescindieran de mi trabajo como payaso, entre en una profunda depresion. Una depresion de casi 1 80. Era la pileta del Hotel donde me hospedaba en Barranquilla. Llore y llore por la perdida de tan preciado trabajo. Quede huerfano de shopping.
El sindrome de abstinencia a la sociedad de consumo ha hecho estragos en mi nueva vida. Necesito un shopping que contrate mis servicios de payaso.
QUe hare ahora que ya no puedo subir las escaleras mecanicas que bajan y viceversa.
Que hare ahora que no puedo correr por los pasillos de un centro comercial sin que nadie me diga nada.
Que hare ahora que no puedo subirme a un carrito de supermercado y hacer carreras.
Que hare ahora que no puedo asustar y divertir gente en un ascensor, subir y bajar de pisos a doquier.
Que hare ahora que no me puedo acostar en el sillon de direct tv y cambiar de canal.
Que hare ahora que no puedo saltar en un inflable para ninos de 4 años como si fuera un nino de 4 anos.
Que hare ahora que no puedo robar helados a los clientes del shopping.
Que hare ahora que no puedo limpiar el piso con los lampazos de los empleados de limpieza, ni revisar los bolsos cual seguridad de supermercado.
Que hare ahora que no puedo entrar a la tienda de nike sacar una pelota de rubgy y armar scrown con los transeuntes.
Que hare ahora que soy nuevamente libre, que deje atras esos dias de encierro y bufonadas en shopping Barranquillero.?


Respuesta: volver a disfrutar de la vida, las casualidad y las sorpresas del viaje.

2. Y asi fue que dejamos el modesto pero lujoso para nuestra costumbre hotel del centro Barranquillero y nos mudamos en frente a casa de Ruth, una poeta que conoci "casualmente", caminando en busqueda de alguna oferta de mango por el centro. Ella me abordo : disculpe, ud es actor? A lo que yo respondi: " en mi pasaporte dice empleado administrativo, pero en realidad soy payaso".
Como encontrar una aguja en un pajar, nos encontramos. Pasamos unos lindas dias en su casa con Gaston, alias larva, amigo entrañable, de envidiable calma y paciencia, que oso aparecer en Palomino sin datos precisos de vivienda o alojamiento y al preguntar por alguien asi de su estilo en la ruta, rapidamente lo mandaron para el denominado barrio hippie... Quien sabe por que, entramos todos en la misma bolsa, pero ahi somos hippie, aunque uno sea un lumpem proletario o un anarco peronista.

2.1 En definitiva, lo cierta es que un dia larva paso por la puerta de mi casa y no entro. Siguio un poco mas adelante. Otros locos le dieron asilo, hasta que llegue de trabajar y nos conocimos.
En fin pasamos un mes bien bacano. Un mes que comenzo en la parsimoniosa vida Palominense. Tranquila si no se tiene en cuenta la vecindad costeña y sus caracteristicos griterios tipicos de la region caribeña. Nuestra vecina a falta de chongo que la consuele solia descargar toda su energia vital gritando y vociferando contra sus ninos cantores ( de maravillosa voz), contra el perro, el gato que no tenia, el agua que no llegaba y banano que no crecia. En definitiva gritaba tan fuerte que quebro las ventanas de madera de mi ranchito.
El larva, luego se enfermo, lo ataco la misma gripe platanera. Tuvimos nuestra semana de pure de Malanga (un tuberculo de la zona) y Platano. Para quienes no sepan, aqui de este lado del mundo, el banano no es solo amarillo. No viene generalmente con etiqueta ni suele estar medio verdoso por el madurado en heladeras.
Ademas del babano para comer esta, el platano verde, el maduro, el popocho y otro mas, que se comen hervidos, fritos, asados y al horno. En fin, babano a la lata. Y mas todavia si el dueno de la casa donde vives tuvo un obsecion con plantar platanos y lleno todo el patio de ellos. Conclusion: nadie se ha muerto de comer banano. Derribando el mito de que comer mas de dos bananos da indigestion.

Larva, como tanto otros, comenzo comprobo en carne propia los dichos sobre mi mala suerte. Debio sufrir mis desventuras en relacion a la moto. Se lo pudo ver en una desesperacion sin precedentes, que tuvo fin al llegar a Cartagena y cambiar de aire.


Estabamos en Ruth, la poeta. En esas cosas de la vida, que te hacen encontrar las personas precisas en los momentos que son mas necesarios.

3. Asi sucedio estos ultimos dias. Una nueva enseñanza de humildad. Volvi a Santa Marta a esperar mi bicicleta estaba en camino desde Medellin. Logre comunicarme telepaticamente con ella y sugerirle que pedaleara sola hasta aqui, asi retomabamos nuevamente viaje juntos. Tenia que esperar unos dias por lo que surgio la posibilidad de subir a Unga Masinga Unga. Parece una broma, pero asi se llama un region de la Sierra Nevada, bastante cercana a Santa Marta. Mas precisamente a Bonda, un pueblito pegado a la capital samaria. En fin mucha geografia y poco cuento diran.

Yo subia con una amiga y alli nos esperaba otra en una finca, que la dejaban quedar. Llegamos sorprendidos de la belleza del lugar. Un suntuoso bosque que ocultaba al rio del sol, con arboles gigantescos y agua bastante cristalina. El rio Manzanares, el mismo que en Santa Marta esta podrido y obliga a la gente a comprar agua mineral para tomar.
Al supuesto dueno de la finca, que era mas bien una casa grande, con varios cuartos, no le gusto nuestra presencia. No insto a retirarnos. Osamos preguntar donde se podia acampar y ofuscado cual terrateniente insistio en que en toda esa zona llena de naturaleza no habia donde. Eso motivo peleas entre nosotros y estuvimos a punto de volver a Santa Marta. Pero algun angelito que esperaba por ahi, nos alejo de esa mala energia y alento a buscar otro lugar.
Al parecer ese tal dueno, no era mas que un cuidador caido del catre, echo a nuestra amiga, de 6 meses de embarazo, a compartir el dia con nosotros. O sea la dejo a la buena de dios.
Sin desesperar, caminamos rio arriba y todo fluyo magicamente. Cerquita encontramos a un viejito, de unos 90 años, vital y jovial, lleno de bondad y humildad, que sin mucho preguntar nos indico donde podiamos acampar. Nos invito a pasar y a tomar un tinto. Dijo tener 12 hijos, 36 nietos y varios bisnietos. A la espera de sus tatarietos aseguro. Ahorita vivia solo alli arriba. Su mujer fue operada y espera pronta recuperacion en Santa Marta. Sin tener que pedirle nos brindo unas ollas para conocinar y se despidio con un siempre a la orden... Metros mas adelante encontramos la casa de uno de sus hijos y con toda la humildad del caso no hizo entender como la gente mas simple es la que mas abre su corazon y su amabilidad.
El susodicho que nos echo, esgrimio que no habia donde acampar y que bajo ningun concepto aceptaba que invadieramos un terreno para quedarnos. Al parecer, no recordaba sus tiempos en que vivio en la Sierra Nevada y muchas veces debio necesitar alojo.

En fin, pasamos unos lindos dias a la vera de un rio cristalino y claro, comiendo mango a troche y moche. Compartirmos con esta familia algunas comidas y tardes en el rio, asombrados una vez de como el viaje es capaz de brindarte situaciones tan dispares en un tiempo tan corto.
Y si, uno termina acostumbrandose y siendo paciente, sabiendo que todo llega. Asi como ayer deambulando hasta tarde buscando un hotelucho en Santa Marta, pase por el mercado cerca de medianoche y una vez mas una familia Cienagera que descarga un camion de frutas me brindo una infinidad de mangos azucar, dulces si los hay, hasta dejarme embadurnado y satisfecho. Asi mismo, me hice acreededor de unos choclos, que hoy de manana comparti con los conserjes del hotel...
Cambia todo cambia, muy rapidamente. Esta semana que paso, dormi en lugares tan dispares que me asombra recapitularlos. UN hotel con piscina, la casa de una poeta, en la playa en Taganga, a la vera de un rio, en un hotel con techos altos y colchones hundidos en el centro de Santa Marta.
Hoy no se que sera, Pirula ya esta nuevamente conmigo. Soy nuevamente un poco feliz deambulando con ella de aqui para alla. MI despedida de Colombia se acerca. Cuesta. Nos acostumbramos a todo. Hasta a comer mangos y frutas en abundancia. Que sera de mi futuro. Podre aconstumbrarme a la escacez de esas delicias tropicales...

Un poco confundido, sigo camino, rumbo a Venezuela, sin seguridad de que en el camino algo me haga cambiar de parecer.

Luego de esta larga ausencia, un choclazo sentido.