Malabardo y el perro oveja
charanguito: tratamiento instrumental
el mentalista que aleja las malas ondas
miércoles, 2 de junio de 2010
Malabardo y sus cambalaches
Malabardo y el perro oveja
charanguito: tratamiento instrumental
el mentalista que aleja las malas ondas
martes, 20 de abril de 2010
viernes, 9 de abril de 2010
lunes, 5 de abril de 2010
lunes, 15 de marzo de 2010
Circo errante de Cambalaches 28/3 en La Kasa
Vuelve al under porteño, luego de 1000 dias de ausencia el ahora apodado Malabardo y su circo errante de Cambalaches con su reciente espectaculo " Que suerte pa la desgracia" univariete de clown, monologos, malabares e historias delirantes.
Ademas habra proyecciones, ricas comiditas e invitados sorpresa y la presentacion de Menjunjes ediciones, esbozos andantes de caminos errantes.
En la Ksa- Belaustegui 2821 (y Nazca)
Te dejan todos los que pasan por Nazca y Juan B justo. (Pagina 53 de la guita T de 98)
34-63-84-124-133-134-166 365B,3,1416 y el tren sarmiento como a 30 cuadras.
Si venis en taxi te cobramos entrada.
Si venis en bicicleta tenes parkeadero con trapito.
Si venis caminando te guardamos un lugar en el chill out
Si no venis te hacemos un maleficio e inventamos maldiciones para tu vida.
Entrada libre. Desarollo del tomate. Salida A la
gorra.
Numeros hasta agotar stock.
domingo, 7 de marzo de 2010
viernes, 26 de febrero de 2010
Videos promocionales
Malabardo y su circo errante de Cambalaches.
Espectaculo itinerante,viajero y delirante. 4 años girando por el mundo.
Malabares, clown, monologos, canciones y humor excentrico.
Show mutante. Adaptable a todos los espacios: calle y sala.
Duracion: de 45m a 1 hora.
Espacio de 6x6m
Tiempo de Montaje: 20 minutos
Tiempo de desarmado: 15 minutos
Espectaculo itinerante,viajero y delirante. 4 años girando por el mundo.
Malabares, clown, monologos, canciones y humor excentrico.
Show mutante. Adaptable a todos los espacios: calle y sala.
Duracion: de 45m a 1 hora.
Espacio de 6x6m
Tiempo de Montaje: 20 minutos
Tiempo de desarmado: 15 minutos
Que comeria si estuviera ahorita en Colombia
Una letra escrita por Verso, mentor de la Familia Flamini, que habla de la increible variedad de ofertas vegetarianas que existen en el mundo, y sobre todo en el caribe Colombiano. Ricas frutas, deliciosos sabores dulces para abrir la cabeza y el apetito!!!
Que comeria
Canelón que comería? Un canelon de pura vida
Roquefort y torta fritas
Papelón con limón, tomaría
Jugo de guayaba agria, probaría
Buñuelo con natilla, un patilla
Queso es lo que yo comería!!!
Níspero, guanábana,
tomate de arbol y banano
Granadilla, lechosa,
coco y corozo
Eso lo que yo comeria para el gozo
Queso es lo que yo comería
Para estar fuerte esas cosas comeria
Para digerir integrales comeria
Tambien mas cereales,
Pasan las fibras buscando suciedades
Son buenos mis hermanos para los granos
como se te ocurri con laurel bien vacanos
no hay mejor cosa que la avena con banano
mani bocadillo un menú vegetariano
y lo mejor ……todo regalado
empanadas de verdura una polenta
berengejenas asaditas con chapati
ravioles, salsa rosa, una fondiue
eso es lo que yo comeria con el lu
zanahorias y que sean al escabeche
chocolates, muchos dulces y arequipe
una fruta que se llama jobo,
eso es lo que yo comeria con el lobo
para estar fuerte esas cosas comeria
para hacer pis, unos mates
comeria tambien aguacates
para quemaduras es bueno el tomate
son buenos mis hermanos para los granos
como se te ocurri
sin chancho no hay mejor avena
que la de don pancho
mani bocadillo menu vegetariano
sábado, 20 de febrero de 2010
El oceano del mundo
sobre el maravilloso placer de conocer seres entrañables
8.10.09 Terrasa. Barcelona
Encuentros fugaces
intensos perpetuos
en sitios y lugares
que siempre recuerdo
las rutas de los caminantes
de los soñadores
se cruzan
sin pedir explicaciónes
en busca de emociones
andates, sulfurantes,
de realidades cambiantes
y de amanecer radiantes,
los mundos se entrecuzan
se comparten
puntos de conjunción,
unión y rebelión ante la soledad
el desencuentro propio del avatar
Amigos para tirar para el techo,
para esperar desechos luego de una larga gira,
una ausencia prolongada
Amigos que vuelan libres por el viento
y no hay mas remedio que esperar que algún momento,
en otro instante inolvidable nos reencontremos
como golondrinas, en alguna esquina,
en ese río que es la vida
Amigos que son afluentes
que alimentan nuestro curso
y otras veces lo desvían
Se misturam las aguas
se enmarañan los cursos,
se suceden encuentros,
se separan los rumbos
Pero al final todo converge
en el océano del mundo
8.10.09 Terrasa. Barcelona
Encuentros fugaces
intensos perpetuos
en sitios y lugares
que siempre recuerdo
las rutas de los caminantes
de los soñadores
se cruzan
sin pedir explicaciónes
en busca de emociones
andates, sulfurantes,
de realidades cambiantes
y de amanecer radiantes,
los mundos se entrecuzan
se comparten
puntos de conjunción,
unión y rebelión ante la soledad
el desencuentro propio del avatar
Amigos para tirar para el techo,
para esperar desechos luego de una larga gira,
una ausencia prolongada
Amigos que vuelan libres por el viento
y no hay mas remedio que esperar que algún momento,
en otro instante inolvidable nos reencontremos
como golondrinas, en alguna esquina,
en ese río que es la vida
Amigos que son afluentes
que alimentan nuestro curso
y otras veces lo desvían
Se misturam las aguas
se enmarañan los cursos,
se suceden encuentros,
se separan los rumbos
Pero al final todo converge
en el océano del mundo
El calzon azul
Lisboa Barrio Alto Primeros días de Setiembre
Hoy volví al hotel, el primero que pago desde que ando por Europa y el calzón azul no estaba.
De por cierto nadie había entrado a mi cuarto ni esta perdido por entre medio del despiole. Todo indica que se arrojo en caída libre desde el primer piso donde lo deje secando al sol. Puede haber sido el viento, movimientos sísmicos o un acto voluntarioso y suicida con el fin de acabar con su vapuleada existencia.
Tengo la duda ética y moral si debo buscarlo o no. Tuvimos una corta pero intensa relación. Vino a reemplazar el azul con agujeros que sobrevivió por mas de dos años de uso indiscriminado. Este otro, fue mi auto regalo de cumpleaños. A decir verdad había sido el regalo de cumpleaños Tuto y el enano con plata mía. No era capaz de elegir una malla y un calzón y les pedí que la compren por mi.
Me toco volver a la tienda a cambiar las cosas porque eran verdaderamente horripilantes. Sobre todo la malla, de un color verde militar y de un largo que denotaba mis piernas blancas de la raya fronteriza para arriba.
Y esa tarde fue que nos conocimos. De ahí más no mantuvimos unidos, juntos pero no pegados. Nos tomábamos un respiro día por medio o un `par de veces a la semana.
Estando ya en Palomino, una tarde de domingo me aventure camino arriba de la sierra. No llegaría muy lejos. Hasta Pozo Caimán, un lugar apropiado para tirarse en boya y descender el río panza para arriba disfrutando de los pájaros, el verde y el sol ardiente.
Estaba a punto de largarme cuando tuve la idea de sacarme el calzón y la remera para no mojarlos en el descenso. Hete aquí el primer inconveniente. Subido a la boya percibí que mis movimientos eran reducidos y difícilmente podría escapar de un remolino que inauguraba el camino. En ese desespero solté el calzón , cayo al agua y vaya a saber donde fue a parar.
Tuve que remontar el rio y lanzarme de nuevo desde la otra orilla para evadir el remolino, cosa que nuevamente no logre y esta vez perdí la remera. Ahora estaba en malla feliz y contenta: menos ropas y menos preocupaciones.
El tiempo pasó. MI estadía por Palomino se extendió. Llego otra tarde en que subí nuevamente a pozo caimán, esta vez muy bien a compañado. Tuvimos el mismo problema en el remolino. Y como era de esperar en esta oportunidad perdí unas cotizas y un pantalón, en la misma situación. A decir verdad no fui yo quien arroje los objetos en un ataque de pánico, pero no merece la pena levantar acusaciones.
Bajamos por partes juntos, otras intentando alcanzarnos o andar de la mano. Algunos rapidos nos estrolaron contra ramas o árboles. A mitad de camino Avistamos una playita y no dimos lo que en principio fue un descanso, que luego se convirtió en sorpresa y por ultimo en un trance orgásmico.
Pero vamos por partes, decía jack. La sorpresa sobrevino al divisar entre unas ramas una prenda azul, que desvío poderosamente mi atención. Repetí el acto con otra mirada incisiva, fruncí el ceño, negué con la cabeza sin creer que algo así fuera posible. Me acerque al objeto en cuestión y comprobé entre asombro y alegría que era mi calzón azul. Ya no tan azul de por cierto, ni tan parecido a un calzón. Había sobrevivido a dos meses de naufragio en el rio Palomino, encallado en una playa perdida y puesto a salvo por alguien desconocido a un hora río abajo. A no ser que tenga patas y sea capaz de luchar contra la inercia del fluir de un rio. O posiblemente una vez en tierra firme se hubiera arrastrado hasta un sitio seguro y calido donde secarse.
Llevaba tantos días de sol continuo y tierra acumulada que me costo varias lavadas ponerlo a punto. Lo cierto es que unos días después reestrenaba nuevamente el calzón azul.
El me acompañaba desde entonces. Se había dado el lujo de cruzar el océano de acumular tanto caminar aquí en Europa.
Hoy se suicido. Se tiro de un balcón en Lisboa. No sabemos si tendrá sepultura o andará perdido por el barrio buscando lo imposible: que alguien lo adopte.
Hoy volví al hotel, el primero que pago desde que ando por Europa y el calzón azul no estaba.
De por cierto nadie había entrado a mi cuarto ni esta perdido por entre medio del despiole. Todo indica que se arrojo en caída libre desde el primer piso donde lo deje secando al sol. Puede haber sido el viento, movimientos sísmicos o un acto voluntarioso y suicida con el fin de acabar con su vapuleada existencia.
Tengo la duda ética y moral si debo buscarlo o no. Tuvimos una corta pero intensa relación. Vino a reemplazar el azul con agujeros que sobrevivió por mas de dos años de uso indiscriminado. Este otro, fue mi auto regalo de cumpleaños. A decir verdad había sido el regalo de cumpleaños Tuto y el enano con plata mía. No era capaz de elegir una malla y un calzón y les pedí que la compren por mi.
Me toco volver a la tienda a cambiar las cosas porque eran verdaderamente horripilantes. Sobre todo la malla, de un color verde militar y de un largo que denotaba mis piernas blancas de la raya fronteriza para arriba.
Y esa tarde fue que nos conocimos. De ahí más no mantuvimos unidos, juntos pero no pegados. Nos tomábamos un respiro día por medio o un `par de veces a la semana.
Estando ya en Palomino, una tarde de domingo me aventure camino arriba de la sierra. No llegaría muy lejos. Hasta Pozo Caimán, un lugar apropiado para tirarse en boya y descender el río panza para arriba disfrutando de los pájaros, el verde y el sol ardiente.
Estaba a punto de largarme cuando tuve la idea de sacarme el calzón y la remera para no mojarlos en el descenso. Hete aquí el primer inconveniente. Subido a la boya percibí que mis movimientos eran reducidos y difícilmente podría escapar de un remolino que inauguraba el camino. En ese desespero solté el calzón , cayo al agua y vaya a saber donde fue a parar.
Tuve que remontar el rio y lanzarme de nuevo desde la otra orilla para evadir el remolino, cosa que nuevamente no logre y esta vez perdí la remera. Ahora estaba en malla feliz y contenta: menos ropas y menos preocupaciones.
El tiempo pasó. MI estadía por Palomino se extendió. Llego otra tarde en que subí nuevamente a pozo caimán, esta vez muy bien a compañado. Tuvimos el mismo problema en el remolino. Y como era de esperar en esta oportunidad perdí unas cotizas y un pantalón, en la misma situación. A decir verdad no fui yo quien arroje los objetos en un ataque de pánico, pero no merece la pena levantar acusaciones.
Bajamos por partes juntos, otras intentando alcanzarnos o andar de la mano. Algunos rapidos nos estrolaron contra ramas o árboles. A mitad de camino Avistamos una playita y no dimos lo que en principio fue un descanso, que luego se convirtió en sorpresa y por ultimo en un trance orgásmico.
Pero vamos por partes, decía jack. La sorpresa sobrevino al divisar entre unas ramas una prenda azul, que desvío poderosamente mi atención. Repetí el acto con otra mirada incisiva, fruncí el ceño, negué con la cabeza sin creer que algo así fuera posible. Me acerque al objeto en cuestión y comprobé entre asombro y alegría que era mi calzón azul. Ya no tan azul de por cierto, ni tan parecido a un calzón. Había sobrevivido a dos meses de naufragio en el rio Palomino, encallado en una playa perdida y puesto a salvo por alguien desconocido a un hora río abajo. A no ser que tenga patas y sea capaz de luchar contra la inercia del fluir de un rio. O posiblemente una vez en tierra firme se hubiera arrastrado hasta un sitio seguro y calido donde secarse.
Llevaba tantos días de sol continuo y tierra acumulada que me costo varias lavadas ponerlo a punto. Lo cierto es que unos días después reestrenaba nuevamente el calzón azul.
El me acompañaba desde entonces. Se había dado el lujo de cruzar el océano de acumular tanto caminar aquí en Europa.
Hoy se suicido. Se tiro de un balcón en Lisboa. No sabemos si tendrá sepultura o andará perdido por el barrio buscando lo imposible: que alguien lo adopte.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)