jueves, 23 de octubre de 2008

Tamesis: El pueblo del debut



El circo ya se fue... Y yo me quede. No solo porque tenia ganas de descansar, sino porque una tarde antes de la funcion se me ocurrio meterme al gimnasio que habia donde estabamos parando. Me hice el guachi pija y le di duro a varios aparatos hasta que comence a aburrirme como una ostra y decidi dejar el modelado del fisico para otra ocasion. Pasaron los dias, muchas, pero muchas funciones y cuando todo termino, el dolor comenzo.
Me levante un dia y el brazo no se movia mucho que digamos. Lo quise estirar y se nego rotundamente. Conclui que seria algun tipo de afeccion muscular. La cosa continuo, se puso seria. En fin, me tomaron por asalto las consecuencias de un dia en el gimnasio. Ahora estoy con una tendinitis y no se que hare. El seguro no me cubre ni cuando se larga un llovisna. Hoy fui breve para no maltratar a mi brazo.
Proximamente... La vida en el Circo del Gigante. Cronicas de una experiencia sin igual.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hay que poner hielo

Anónimo dijo...

Pareciera que en la familia de Menzonzo muchos parientes sufren de ese problema del brazo dolorido, eso de andar estirando el brazo en busca de qué es un poco peligroso !
Y ahora que los servicios sociales están casi todos quebrados, por favor cuidemos los musculos biceps, deltoides y otros que de lo contrario no va a poder realizar su maravillosa tarea de Malabarista. Por estos pagos de Argentina hay varios familiares que tienen el mismo problema.

Será alguna maldicion divina ?

Doctor Raul de Argentina.....

Anónimo dijo...

El anónimo escritor de 87 años !

Perteezco a la grey docente de la vieja escuela de Comercio donde las ninfas - tipo Martha - cantaban alabanzas al viejo teorema de Pitágoras, pero con los premios de eximiciones aseguradas: atención + inteligencia.
Pero de ayer a hoy han pasado muchosaños... que se cuentan como Iliana, Cynthia, Emian y Fermin....

Desde mis funciones enquilosadas por los números, las reglas y los teoremas, solo alcanzaba a vislumbrar, desde muy lejos las aventuras pedestres de un narrador en su escritorio fijo y burocrático. Noera lo vivido, lo padecido, lo aventurero. Pero ahora de viejo - y de viejo envidioso- he hallado a un amigo casi desconocido personalmente que irrumpe en la soledad americana y despierta los sentidos de una nueva civilizacion que n solo pone mapas en su piel , sino que va traduciendo sus etapas con un lenguaje vivo, pleno, sacudido, real, humano, A través de doña Lina voy aspirando los vaivenes que cruzan los pueblos, su gente, sus costumbres....