jueves, 4 de septiembre de 2008

Arroz Chino


Ventajas de ir a un restoran chino a fracasar en el intento de conseguir un arroz vegetariano}

Los chinos como bien todos saben están presentes en los lugares mas recónditos del Planeta. En casi todos los pueblos o ciudades de Sudamérica es posible encontrar un Restaurante chino. Uno se pregunta como han llegado hasta allí?. Difícilmente logre comunicarse con ellos para dilucidar tal asunto.
En Bolivia, abundan los parri pollos chinos, decorados bajos las normas del fenshui, aderezados con el olor asado de pollos al spiedo. A toda era permanecen llenos.
En Perú abundan algo llamado chaulafan, pequeños restoran que venden arroz chino abudante, a no mas de 3 soles. Afortunadamente los encargados de cocinar son peruanos. Y digo esto, no porque tengo algo contra los chinos, sino porque facilita la comunicación y la petición tan exótica de un arroz sin carne.
Una noche en Arequipa, luego de un ayuno de luna llena con Manolo, la ansiedad pudo conmigo y fui al chaufa a tragar arroz como un condenado. Simple, pero delicioso gracias a la sazón, el arroz chino nunca cansa. Y es una bendición que exista en lugares como Bolivia, Ecuador o Peru, donde la dictadura del arroz blanco, sin gusto a nada acecha en cada restoran o menú económico. No menos que decir, que esa noche, quede tan lleno, que me fue complicado volver al hotel en un caminar recto.

En Ecuador ya es más difícil y caro conseguir arroz chaufa. Pero como casi no tuve necesidad de comer en la calle, no sentí la falta.
En Colombia, se vuelve un producto de lujo, un antojo de delivery. Porque no comer arroz chino? En mi caso ese antojo, hasta el día de hoy se ha convertido en una obsesión propia de la dificultad que conlleva conseguirlo. En general los restoranes chinos están mas solos que Hitler en el día del amigo. Nunca hay mas de dos o tres mesas ocupadas, de las 50 que suelen tener.
El precio del plato mas barato duplica al de un almuerzo en cualquier otro lugar. Y no se porque parecen ser mas instrisgentes y cerrado a propuestas como la que uno lleva. De más esta aclarar que convencer a un chino de algo es mas difícil que barrer una escalera para arriba. Campaña que comencé hace tiempo y todavía no ha dado frutos. He rebotado en cada intento por conseguir un arroz vegetariano. Parece ser que trajeron las raíces chinas, pero se olvidaron sus raíces culturales. Mucho fen sui, mucha carne y poca verdura. No hay, no se puede, no se como. Respuestas típicas que acrecientan mi bronca y deseo de comer en un chino aca en Colombia.

Mi uno éxito fue Pereira, fruto de poder establecer contacto con un nativo colombiano que hizo eco de mis suplicas y me vendió un arroz con verduras, salsa de soja, limon y algún otro condimento secreto.
Pero a partir de esa fecha en adelante, todas han sido negativas. Ayer en otra vana intentona, un chino un poco mas buena onda me hizo entender que el arroz sin la carne se le quemaba y no me quedo otra que irme mascullando bronca.

Vaya a saber que fue lo que conmovió o llamo la atención a Ileana, quien minutos después paso por la parada de colectivo, donde yo esperaba sin esperanzas que un circular conatra pase para devolverme a la casa donde estoy viviendo.

Esto de esperar colectivos es un martirio que no practicaba hace meses. Pero ayer, día de trabajo con otros parceros, deje a Pirula descansando en casa para caminar como un condenado por toda la ciudad.
Cuestión, que llego la hora, esa que en general uno nunca esta pendiente, porque nada mas que sus piernas lo llevaran a donde desea, en la cual el sistema de transporte de Medellín, le hace agradecer la bendición de tener bicicleta. El ultimo bondi a Finisterre, ya paso.

Así fue que de la nada apareció Ileana, quien mientras comía en el chino, escucho los vanos alegatos de un carbón malhumorado, comentamos entre risas el episodio del chino, me dio a entender que los buses ya no pasarían mas y sugurió timidamente, que en tapete de su casa había un lugar donde pasar la noche.

No crean amigos que fue una conquista. Ella estaba acompañado de Vlaminir, su hijo de unos 15 años calculo. La verdad que fue tal su amabilidad y mi sorpresa, que considere interesante la propuesta. Su energía me hizo acordar mucho a una de las primeras personas que se cruzo en mi camino en Colombia.

Hace ya casi, un año llegábamos a Pasto con Dany y tricky (la perra rata perdida por un descuido). Derecho a los bomberos. Cuartel que hasta el día de hoy se lleva el premio, de hospitalidad y atención. El mismo que se merece Marcela, una paisa radicada en Pasto, por esas cuestiones del amor. Nuestro angelito de la guarda que una noche le dejo a uno de los bomberos la vianda para los viajeros. Y a partir de ese día en adelante, tarde y noche nos traía una deliciosa comida paísa sin pedir nada a cambio Tarde varios días en conocerla personalmente, porque siempre que venia a dejar la comida cuando no estaba.
De enorme corazón y generosidad, transfirió un poco en nuestras personas, sus deseos de salir un poco de la cotidianeidad de la ama de casa. Y se sintió identificada en su calidad de paisa emigrada, con dos viajeros lejos del calor del hogar.

Eliana, por su parte, me contó que su hermano era artesano y que por eso se senbilizaba por la gente que anda viajando. Fuimos caminando hasta la casa, charlando y allá esperaba una hermosa familia. 4 hermanos y la madre. Como no podía faltar, haciendo gala de la hospitalidad paísa, me invitaron un jugo y una arepa con huevo. Luego quede charlando con dos de los hermanos, Eduardo y Esteban, hasta que los ojos se me cerraron.
Dormí profundo, interrumpido en mitad de la noche por el celo del gato, que aulló hasta desesperarme. Me levante como hacia mucho no lo hacía con el sol de la mañana. Ese que en el trópico un día soleado, antes de las 8 ya quema. Ese que fue mi despertador en la casa de Guapulo, en Quito.
Y oh sorpresa, me esperaban de desayuno unas arepas venezolanas a la plancha. La particularidad de las mismas es que están hechas con otra harina, son mas gruesas y se rellenan mediante la apertura al medio de misma.

Como si fuera poco, de salida, Eduardo y quien les habla, fuimos acreededores de la vianda del mediodía. Salimos tempranito, rumbo al Internet de a una de las nuevas bibliotecas publicas, que parecen haber proliferado en el ultimo año. Y tuve la oportunidad de ver fotos de insectos, mariposas, grillos, libélulas y otros bichos tomadas por Eduardo. Estudia Artes, en la Universidad de Antioquia, pero hace poco se le presento la curiosidad por una disciplina que no se como se llama, pero que estudia las diferentes especies de Mariposas. Y así es que tuvo la suerte de ir al Putumayo y a varios otros lugares a recolectar fotos.
Y no solo eso para aumentar mi confusión y mi incertidumbre acerca de mi futuro abrió otra destino posible. Sabsurro, capurgana y todo el golfo de Uraba, selva y mar en la frontera con Panama.


En fin, no me gustaría dejar una impresión de intolerancia ante el mundo oriental. Así que voy rendirle homenaje a los tailandeses o taiwaneses de Maracay y Barkisimeto, que a punta de ofertas, precios económicos y buena comida vegetariana, llenan diariamente sus restoranes. Y sobre todo a la taiwanesa de Maracay, que siempre te recibe con una sonrisa, te hace chistes y te brinda un montón de delicias a elección, a un precio menor que cualquier menú berreta y caro, de los que abundan en Venezuela.

2 comentarios:

sofia dijo...

hombrecito
algún filamento de esta inmensa telaraña que es la interé me trajo hasta acá... y no pude dejar de emocionarme hasta las lágrimas:
lui y verso fueron compañeros de viaje míos, allá lejos y hace tiempo por la selva boliviana... por aquél entonces andaban a bordo de "la caldera" y lo más parecido a una bici que tenían era un monociclo.
no sé dónde andarán ellos ahora, mucho menos sé quién serás vos...
pero me llenó de placer ver que ambos tienen las barbas más crecidas (y en remojo) y que siguen sin poder quedarse quietos.
te leí de arriba a abajo, de izquierda a derecha y de adentro pa fuera... y fue tan lindo.
ahora no me queda más que volver a golpear la puerta en unas semanas y seguir leyéndote.
te dejo un beso y muchas gracias.

sofi

Menzo Menjunjes dijo...

Sofi: vio como es, esta telarana, esta red infinita de la internet. No me sorprenderia si mi abuelo muerta casi a los 100, me agregue al facebp ook.
Lui y verso tambien fueron companeros mios de viaje. Ahora estoy en medellin, mas precisamente en un shopping, usando una notebokk e internet hi wi.
No puedo decir qeu te lei de arriba abajo, pero si pispie unas cositas. Sobre todo eso de la nevada e n buenos Aires. Yo creo que andaba por quito.
Me entristecio ver que tus cronicas dejaron de salir a la luz hace mas de un ano.
que paso volviste a buenos aires y nada te inspiro.